sábado, 30 de marzo de 2013

HIEROGNOMÓNICA por DON RUBÉN CALVINO









Hector Raurich explica la cosificación del sujeto en su relación con el objeto, como reificación, Juán Samaja explica el otorgamiento de vida y habilidades humanas al objeto producido, como unión y consagración y Bernard Stiegler, a esta relación auto-constructiva del hombre,  la ve como una continuación de la vida en la técnica pero valiéndose de otros medios y luego si la continuidad de esa vida orgánica depende de una memoria genética que transmite los caracteres de la especie (genotipo) en los cuales se insertan elementos individuales que hacen al espécimen (fenotipo), la técnica es por tanto un tercer tipo de memoria no orgánica que inserta los caracteres de la tecnología (tecnotipo). En este sentido, si entendemos que el homo que se yergue rectamente sobre sus piés, libera sus manos y culmina filogenéticamente en lo que se constituye como un verdadero gnomon biológico que llamamos sapiens gnomónico, debemos decir que es ese mismo sapiens gnomónico el que como gnomon que produce sombras, para poder verse a sí mismo fuera de sí, construye el gnomon de palo a su propia altura y/o en proporción a ella como un primer intento por reproducirse a sí mismo, luego de lo cual se entrega a un proceso artístico de antropomorfismo y antropometrismo del elemento gnomónico que conduce a la estela gnomónica antropomorfa y antropométrica. Ese proceso nunca culmina sino que con esa reproducción protética (prótesis) fuera de sí en el que se establecen vínculos hierognomónicos y de lenguaje en tanto migra, comienza a trascender y paulatinamente a hibridarse con la técnica hasta que hoy, la hierognomónica es algo así como una hierología de la técnica como hierofanìa y nuestros tiempos son los de la máquina (tecnocronìa) que ya no es la simple y gobernable palanca física sino que son las máquinas de segundo grado que nos condicionan de manera tal, que en conjunto se comportan como un gran Dios tecnológico, el cual, aunque siga siendo el mismo Dios ya superado, conservado y cancelado, que el hombre creó en las postrimerías del paleolítico y comienzos del neolítico, se entremezcla, no obstante hoy, con nuestros órganos y la biología, condicionando e hibridando fuertemente el desarrollo individual y social del ser humano. Quizás este Dios sea el DIOS viviente que HEGEL anuncia ya en Fe y Saber y que, sin negar del todo la idea esencial del DIOS cristiano, sino antes bien conservándola al tiempo que la cancela, nos presenta allí como el DIOS de la religión de los tiempos nuevos, de los tiempos que ahora nacen, de estos tiempos que, ¨ para nadie es una sorpresa ¨, son tiempos de revolución, según sus propios y ulteriores palabras>> (Hector Raurich).

La reificación y la consagración son los dos momentos del distanciamiento que se manifiestan juntos, como los dos opuestos de la palanca del lenguaje entablado entre el hombre y el gnomón y como dos aspectos de un mismo fenómeno de la abstracción consagratoria, el uno el ver al objeto como si fuera humano o poseyera vida y habilidades humanas, en tanto que el otro, como la reificación o cosificación  de las relaciones sociales. Dos aspectos de la alienación.
Cuando la reificación y la consagración como momentos de la alienación se dan en torno al gnomón, la relación hierológica que se entabla es hierognomónica, ya que en tanto se sacraliza al objeto gnomónico, simultáneamente también, se reifica el sujeto humano y en ambos entes, sujeto/objeto, se niega la historia y la temporalidad unificándose en el endiosamiento del objeto gnomónico.
Lo sagrado es ahistórico, el gnomón sacralizado es quien representa a las fuerzas celestiales sobrenaturales y creadoras del sujeto humano.hierognom__nica-.doc

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